Los modelos atómicos de Rutherford y Bohr son dos de los modelos más importantes en la historia de la física y la química. Estos modelos permitieron entender la estructura de los átomos y explicar muchas de las propiedades que observamos en ellos. En este artículo, vamos a hablar de estos modelos y sus principales características.
Modelo Atómico de Rutherford
El modelo atómico de Rutherford fue propuesto en 1911 por el físico Ernest Rutherford. Este modelo se basa en la idea de que el átomo está compuesto por un núcleo central, en donde se encuentran la mayoría de las partículas y la mayor parte de la masa del átomo, rodeado por electrones que giran alrededor del núcleo. Según este modelo, los electrones se mueven en órbitas circulares alrededor del núcleo.
Uno de los errores más comunes que la gente comete en relación con el modelo atómico de Rutherford es pensar que los electrones se mueven en órbitas fijas alrededor del núcleo. En realidad, los electrones se mueven en órbitas que pueden cambiar de forma y tamaño dependiendo de la energía que tengan.
Un ejemplo de aplicación del modelo atómico de Rutherford es la radioterapia. La radioterapia se utiliza para tratar el cáncer, y se basa en la emisión de partículas alfa, que son partículas cargadas positivamente que se emiten desde el núcleo de un átomo. Estas partículas pueden penetrar en los tejidos del cuerpo y dañar las células cancerosas, lo que puede ayudar a reducir el tamaño del tumor.
Modelo Atómico de Bohr
El modelo atómico de Bohr fue propuesto en 1913 por el físico danés Niels Bohr. Este modelo se basa en la idea de que los electrones se mueven en órbitas estables alrededor del núcleo, y que cada órbita tiene una energía específica. Según este modelo, los electrones pueden saltar de una órbita a otra, emitiendo o absorbiendo energía en forma de luz.
Uno de los errores más comunes que la gente comete en relación con el modelo atómico de Bohr es pensar que los electrones se mueven en órbitas perfectamente circulares alrededor del núcleo. En realidad, los electrones se mueven en órbitas elípticas que pueden cambiar de forma y tamaño dependiendo de la energía que tengan.
Un ejemplo de aplicación del modelo atómico de Bohr es la espectroscopia. La espectroscopia se utiliza para analizar la luz emitida por los átomos, y se basa en la idea de que cada átomo emite luz en una serie de longitudes de onda específicas. Estas longitudes de onda están determinadas por las órbitas de los electrones en el átomo, y pueden ser utilizadas para identificar los elementos químicos presentes en una muestra.
Conclusiones
En conclusión, los modelos atómicos de Rutherford y Bohr son dos de los modelos más importantes en la historia de la física y la química. Estos modelos permitieron entender la estructura de los átomos y explicar muchas de las propiedades que observamos en ellos. A pesar de que estos modelos han sido superados por modelos más complejos y precisos, siguen siendo fundamentales para la enseñanza y la divulgación de la ciencia.
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