¿Qué es la impugnación de paternidad?
La impugnación de paternidad es el proceso legal a través del cual se busca desconocer la paternidad de un padre respecto a un hijo. Esta acción puede ser iniciada tanto por el padre como por el hijo, y se fundamenta en la existencia de pruebas que demuestren que la paternidad no es biológica o que el padre no tenía capacidad para procrear en el momento de la concepción.
Errores comunes en la impugnación de paternidad
Uno de los errores más comunes en la impugnación de paternidad es no contar con las pruebas suficientes para demostrar que la paternidad no es biológica o que el padre no tenía capacidad para procrear en el momento de la concepción. Es importante contar con el asesoramiento de un abogado especialista en derecho de familia para poder recoger las pruebas necesarias y presentarlas ante el juez.
Otro error común es no iniciar la acción de impugnación de paternidad en el plazo establecido por la ley. En la mayoría de los casos, el plazo para impugnar la paternidad es de dos años desde que se conoce el hecho que se pretende alegar como fundamento de la impugnación. Si se supera este plazo, la acción podría ser declarada improcedente.
Por último, otro error común es no contar con un buen modelo de demanda de impugnación de paternidad. Es fundamental presentar una demanda bien estructurada y fundamentada, que contenga todos los requisitos legales. Para ello, es recomendable contar con el asesoramiento de un abogado especialista en derecho de familia.
Ejemplo 1: Impugnación de paternidad por infertilidad
En este caso, el padre biológico de un menor impugna la paternidad del esposo de la madre, alegando que éste es infértil y que no podía haber procreado al menor en cuestión. Para demostrarlo, se presentan informes médicos que acreditan la infertilidad del esposo de la madre, así como pruebas de ADN que confirman la paternidad biológica del padre.
Ejemplo 2: Impugnación de paternidad por engaño
En este caso, el padre biológico de un menor impugna la paternidad del esposo de la madre, alegando que ésta lo engañó haciéndole creer que el menor era su hijo biológico. Para demostrarlo, se presentan pruebas de que la madre mantuvo relaciones sexuales con el padre biológico en el momento de la concepción, así como pruebas de ADN que confirman la paternidad biológica del padre.
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